Es más que solo dar gracias

Acción de gracias es un momento para superar las diferencias y reconectarse.

Hillary Fox/Pexels

El tiempo en familia puede ser divertido, pero también estresante.

Fuente: Hillary Fox / Pexels

El Día de Acción de Gracias es un día en el que reunimos a las personas que forman nuestras relaciones más cercanas, compartimos una comida y nos recordamos que estamos agradecidos. También es un día en que los niños y adolescentes sentados alrededor de la mesa aprenden sobre la centralidad de la familia y las amistades, la escucha respetuosa y el intercambio entusiasta. Sobre la gratitud, el perdón y la empatía. Es un día en el que esperamos que nuestros adolescentes, que obtienen cada vez más independencia, aprendan a valorar la interdependencia intergeneracional. O no.

Los niños hacen lo que ven

Los niños prestan mucha atención a nuestro comportamiento. Les ayuda a imaginar cómo se ve la edad adulta. Durante la adolescencia, adquieren un sentido de urgencia para descubrir qué significa tener 25, 35, 45 o 75 años de edad. Ellos escuchan. Miran. Lo toman todo. Los padres son maestros de valores, ética y moral. Cuando nuestras palabras contradicen lo que los adolescentes ven y escuchan cuando no estamos en el “modo maestro”, es cuando realmente están escuchando.

Cambiar el comportamiento

Los niños son testigos de mucho más de lo que han sido en el pasado. Mal comportamiento adulto. Tribalismo. La falta de escucha. Un clima en el que la integridad se valora menos que la victoria. El tono y el tenor de demasiadas conversaciones de adultos se sienten irrespetuosos. Esto no es lo que deberíamos ser. Sin embargo, es lo que ven los niños. No debemos dejar que se convierta en su “normalidad”.

Enseñar esta lección

Debemos transmitir a los jóvenes que el futuro se construirá con senderos bien usados ​​entre vecinos. Por personas que se apoyan entre sí, incluso si no están de acuerdo con cada tema. Y por diversas comunidades en las que cada persona contribuye al bien mayor. Nuestros diferentes intereses nos permiten a cada uno desempeñar un papel que coincide con nuestros talentos. Si todos fuéramos iguales, la vida sería aburrida. Las ideas creativas permanecerían latentes. Las conexiones estarían estancadas.

Respetar las diferencias

Use este Día de Acción de Gracias (¡y todas las otras oportunidades que pueda!) Para mostrar a nuestros niños cómo ser adultos. Es probable que haya gente alrededor de la mesa a quien usted aprecia … pero que también le resulte un poco molesta. Recuerde que las personas que presionan sus botones son a menudo las que más influencia han tenido sobre usted. Es posible que en el pasado haya disfrutado de discusiones sobre política. Sus desacuerdos pueden haber iniciado, incluso mejorado, sus conexiones. Ahora parece diferente. Las diferencias pueden sentirse tan crudas … tan asociadas con la división … tan explotadas para los beneficios de otros. Hemos olvidado que las familias, los grupos de parentesco y las comunidades son las verdaderas “tribus” del mundo. Pero siempre hemos sabido que para preparar a nuestros hijos para el mundo real tenían que respetar cada vez más los diferentes puntos de vista, para que pudieran crecer. Modele cómo aprecia las diferencias de opinión. Pero mantente firme en tus valores de aceptación, humanidad, bondad, perdón.

Debido a que transmitimos nuestros valores a nuestros hijos, la forma en que decidimos reaccionar ante las expresiones externas de odio o la falta de respeto por los demás hace la diferencia. Pruebe algunas palabras simples para hacer que se conozcan sus valores y evitar que la conversación se intensifique. “No estoy de acuerdo con usted en ese punto, pero utilicemos hoy para enfocarnos en las cosas que nos unen como familia”.

Comenzar la curación

Aprovecha esta oportunidad como una remodelación. Los días festivos como el Día de Acción de Gracias deben permanecer en momentos en que las familias se reúnen, hacen un balance de sus vidas y se vuelven a conectar. Si queremos sanar como país, debemos comenzar en espacios seguros. Nuestra casa. Las comunidades. Dentro de nuestras familias y parentescos. Debemos modelar cómo superar las diferencias al celebrar intereses compartidos. Un primer paso podría ser el perdón. Perdonar no significa olvidar. Significa superar sentimientos de enojo o resentimiento y buscar un terreno común para reconstruir una relación positiva. Es lo que nos permite restaurar la capacidad de vernos como merecemos ser vistos … como realmente somos. A través de la lente de nuestra concordancia … no nuestras diferencias.

Esta pieza fue coautora de Eden Pontz, Productor Ejecutivo y Director de Contenido Digital, Centro para la Comunicación de Padres y Adolescentes.