Freud e Internet

La gran contribución de Freud no es solo en la comprensión de la mente sino también en la formación de un enfoque terapéutico para las personas cuyas mentes están sufriendo, es decir, el psicoanálisis. Este enfoque relaciona los síntomas informados por el paciente con un bloqueo emocional o mental, o una fijación, en la primera infancia. El terapeuta capacitado ayuda al paciente, mediante un proceso largo y estructurado, a revisar esa etapa temprana y manejar la fijación.

La posibilidad de la terapia emocional en línea surgió incluso en los primeros días de Internet. Los críticos de la idea se resistieron al pensamiento de que el terapeuta y el paciente se comunicarían en línea escribiendo a máquina, y afirmaron que la terapia emocional clínica no tiene cabida en línea. Argumentaron que normalmente el lenguaje corporal ayuda al terapeuta a leer los mensajes ocultos del paciente, y que dado que el tipeo a larga distancia deja el lenguaje corporal invisible, podrían surgir muchos malentendidos. De hecho, hay casos en que el lenguaje corporal de un paciente expresa una gran angustia que no aparecería en el texto.

Sin embargo, me inclino a creer que si pudiéramos preguntarle a Freud, él se opondría a los críticos y apoyaría firmemente la terapia en línea. Después de todo, en la terapia freudiana clásica, el paciente se acuesta en el sofá para entrar en un estado de cuasi-sueño que le permite al inconsciente expresarse, mientras que el terapeuta se sienta en una silla en un ángulo que deja al paciente invisible. La ausencia de cualquier línea de visión entre ellos tiene como objetivo ayudar a liberar al paciente de las defensas internas para que pueda liberar con confianza la historia buscada. Le da al paciente una sensación de desconexión de la experiencia cotidiana y de una inmersión no perturbada en el monólogo íntimo.

Una variedad de problemas se pueden tratar a través de Internet, desde trastornos de la alimentación, depresión y adicciones (nicotina, alcohol, juegos de azar) hasta diversas formas de ansiedad que dañan el funcionamiento de una persona al generar tensión e inquietud. Al igual que la terapia regular, Internet establece una relación terapéutica entre el paciente y el terapeuta; y la terapia en línea se adapta a los diversos enfoques que existen actualmente en el campo. Las sesiones se llevan a cabo mediante diversos medios de comunicación, desde el chat privado solo de texto hasta sistemas como Skype que hacen que el paciente y el terapeuta sean visibles entre sí.

Los límites de la terapia en línea

La investigación muestra cierto éxito para la terapia en línea en casos de disturbios leves a moderados. Y cuando los pacientes pueden ser un peligro para sí mismos o su entorno, o cuando la perturbación del paciente empeora y dificulta el funcionamiento diario, Internet podría ser una estación de paso breve, lo que permite al paciente reunirse e informar para la terapia en persona. Tales casos podrían incluir depresión severa o psicosis (donde el paciente pierde contacto con la realidad y alucina), trastorno bipolar (depresión maníaca, donde la persona oscila entre la depresión profunda y la euforia extrema), y más.

La terapia en línea ofrece al paciente varias ventajas:

• No hay temor de ser estigmatizado. Incluso hoy en día hay personas que se preocupan por "¿Qué pensarán los vecinos?" Y esas personas pueden temer que ir a terapia los marcará desfavorablemente en la sociedad. La terapia no debe desencadenar un estigma social, y debemos recordar que la terapia emocional es un procedimiento profesional como cualquier otro, igual que ver a un médico para la gripe, pero hasta que la sociedad se corrija, es cómodo saber que para la terapia en línea, usted ganó No se lo ve entrar a una clínica y ni siquiera se va de la casa.

• Distancia no significa nada. Si los buenos terapeutas del tipo que desea no están disponibles en las cercanías, o si inició la terapia en persona pero luego se trasladó, Internet puede servir como la solución.

Freud presumiblemente habría apoyado la disponibilidad de la terapia en línea. Hubiera visto este campo en crecimiento y desarrollo como una arena adicional para un discurso delicado entre los componentes de la personalidad: la identificación, el ego y el superyó. Internet podría incluso ayudar a reconciliar la identificación, el ego y el superego. Por ejemplo, los juegos de rol en línea son un lugar donde puedes ejercitar partes menos desarrolladas de tu identidad para integrar mejor tu identidad como un todo.

Pero no es simple. Incluso Internet tiene sus reglas, y respetarlas es parte de ser un buen usuario de la red o cibernauta. Puede observar las reglas tan pronto como llegue a la página de inicio de un sitio que está abierto para uso público. Un sitio web público publica reglas que notifican a cada visitante qué comportamiento se espera y qué comportamiento infringe las reglas del sitio. Las infracciones repetidas pueden dar lugar a una "prohibición" contra el "delincuente". Un foro establece reglas claras como "Mantenga su idioma limpio", "No comience una batalla de insultos", "Dirija cualquier queja contra los participantes al foro". administradores, "o" No venta de mercancías ilegales o robadas ". La multa es clara:" Los infractores serán bloqueados ". En otras palabras, no puede simplemente decir lo que quiera y hacer lo que quiera.

Y resulta que incluso a puerta cerrada, dentro de los juegos de fantasía, las personas están bajo control. En términos freudianos, el comportamiento en línea de las personas se puede definir como una regresión al servicio del ego en lugar de la liberación completa de la identificación. "Regresión al servicio del ego" significa actuar inmaduramente para avanzar los objetivos a largo plazo del ego. Detrás de un comportamiento inmaduro que vemos en Internet, puede haber, desde la perspectiva de Freud, un propósito importante que implique la adaptación a la vida. Dada la capacidad de dejar ocasionalmente fórmulas conductuales estrictas a favor de la apertura y la creatividad, las personas pueden mejorar más fácilmente sus definiciones de sí mismos.