Magnetismo animal: ¿Pueden las mascotas afectar nuestras preferencias de pareja?

Una serpiente aterradora o un conejo esponjoso puede cambiar lo que deseamos en una pareja.

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¿Mirar este conejo (o una serpiente) afectaría lo que encuentras atractivo en una pareja?

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Muchos de nosotros creemos que tenemos un “tipo”: que lo que preferimos en un socio es fijo y permanente. Pero una y otra vez, la investigación ha demostrado que nuestros deseos pueden variar según ciertas variables. Bajo un conjunto de circunstancias, podríamos encontrar atractivo un tipo de persona; bajo un conjunto diferente de circunstancias, podemos encontrarnos completamente atraídos por otro tipo.

Una variable que tiene una influencia conocida en nuestras preferencias es la amenaza. Cuando se nos pide que imaginemos que vivimos en un entorno hostil o inseguro, en lugar de un lugar seguro y abundante en oportunidades y recursos, nuestro “tipo” puede cambiar.

Pero en la mayoría de estos estudios, la amenaza o la seguridad están en la cabeza. Los voluntarios leen las descripciones de un entorno particular, un infierno apocalíptico o un paraíso utópico, según sea el caso, y los investigadores verificaron cómo esto afectó las preferencias de los socios voluntarios.

¿Y si la amenaza fuera más genuina?

Esta es la pregunta que se hizo Simon Reeve. Reeve, un psicólogo de la Universidad de Oakland en Michigan, junto con sus colegas Justin Mogilski y Lisa Welling, hicieron lo que cualquier científico sensato haría en esta situación. Se consiguió una serpiente. Para ser precisos, un pitón de tres pies.

Ahora, cada experimento necesita una condición de control. Al igual que investigadores anteriores les habían pedido a sus voluntarios que imaginaran un ambiente seguro y duro, Reeve necesitaba un compañero dócil y esponjoso para su mascota reptiliana. Escogió un conejo.

El zoológico de mascotas

Los voluntarios fueron llevados al laboratorio o al zoológico de mascotas y se les dijo que pronto serían invitados a manejar a la serpiente o al conejo. Solo uno de los animales estaba presente en la habitación en ese momento: la mitad de los voluntarios vieron la serpiente y la otra mitad vio el conejo. Como puedes imaginar, los voluntarios que vieron la serpiente fueron significativamente más temerosos que los voluntarios que vieron el conejo.

 Suzanne Phillips/Flickr

Los psicólogos llevaron a algunos voluntarios a creer que tendrían que manejar una pitón. ¡Eek!

Fuente: Suzanne Phillips / Flickr

Reeve tomó una muestra de saliva de sus voluntarios, como parte de un artículo de portada sobre las feromonas. En realidad, la saliva nunca fue analizada, y los voluntarios nunca tuvieron que manejar la serpiente (¡uf!) O el conejo (¡boo!).

Luego, los voluntarios (todos los cuales eran heterosexuales o bisexuales) completaron una batería de encuestas de preferencias de los socios. Miraron diferentes caras y cuerpos y eligieron los que les parecían más atractivos.

Reeve descubrió que las mujeres preferían a los hombres con músculos más desarrollados, caras más masculinas y cuyos cuerpos eran menos gordos en presencia de una serpiente en lugar de un conejo. Los hombres tienden a no sentirse atraídos por mujeres muy musculosas, pero sus preferencias por la musculatura femenina aumentaron un poco cuando estaban en presencia de la serpiente en lugar del conejo. Estudios anteriores también han sugerido que los rasgos masculinos son más atractivos cuando nos encontramos en un entorno hostil o riesgoso, tal vez porque una pareja más dominante es más capaz de protegernos contra amenazas.

Reeve también descubrió que los hombres están más interesados ​​en las relaciones a corto plazo cuando están en presencia de una serpiente. ¿Por qué? Quizás porque al vivir bajo amenaza, somos más propensos a concentrarnos más en la reproducción que en la supervivencia. Los organismos de todo el reino animal son igualmente sensibles a la amenaza: ¿por qué establecerse con un compañero e invertir todos sus recursos en una sola descendencia si es probable que la vida sea desagradable, brutal y breve? Mejor reproducirse rápido, mientras tu suerte aguante.

Curiosamente, los psicólogos también encontraron que los hombres se sentían menos dominantes cuando se enfrentaban a una serpiente en lugar de un conejo. Mientras tanto, la serpiente hacía que las mujeres se sintieran menos atractivas que el conejo.

El mensaje para llevar a casa es claro: conejos para todos.

Imagen de Facebook: sashafolly / Shutterstock

Referencias

Reeve, SD, Mogilski, JK, & Welling, LLM (en prensa). La amenaza a la seguridad ambiental altera los procesos de elección de pareja en humanos: evidencia adicional para la Hipótesis de Seguridad Ambiental Ciencia psicológica evolutiva.