Nuestras emociones pueden dañar el corazón

Nuestras emociones son parte de lo que nos hace humanos. Dictan cómo nos sentimos y guían nuestro comportamiento y nuestras acciones. Nos pueden motivar para competir, luchar o huir, cambiar o crear e incluso ayudar a otros. Más importante aún, nuestras emociones también pueden tener un gran efecto en nuestra salud física.

Durante muchos años, los médicos han reflexionado sobre la conexión entre nuestra salud mental y física. Hoy en día hay evidencia significativa que muestra cómo la mejora de la función psicológica y la calidad de vida pueden ayudar a aliviar los síntomas de la enfermedad. Las personas emocionalmente sanas están más conectadas y controlan sus emociones y su comportamiento. Son capaces de manejar los desafíos de la vida, construir relaciones sólidas y recuperarse de los reveses de manera más efectiva. Para una salud y un bienestar cardíacos óptimos, es importante aprender a manejar y equilibrar nuestras emociones, tanto negativas como positivas.

Todos sabemos que las emociones negativas pueden pasar factura a nuestra mente y espíritu, pero los estudios demuestran que las emociones negativas también pueden suprimir el sistema inmunológico, aumentar los niveles de estrés, hacer que el corazón lata más rápido, que la presión arterial aumente e incluso cambiar el corazón. estabilidad eléctrica, todo lo cual puede provocar enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares.

Entonces parece que la respuesta es fácil. Simplemente, prepárese para deshacerse de esas emociones negativas, y sea más feliz y más positivo, y el problema esté resuelto, ¿no? Bueno, no es así de simple. Jane Gruber, del Departamento de Psicología de la Universidad de Yale, cree que demasiada felicidad también puede ser mala para nosotros.

Basado en su investigación, Gruber cree que los altos niveles de sentimientos positivos pueden causar un complejo de invencibilidad que conduce a comportamientos de alto riesgo como el consumo excesivo de alcohol y los atracones. Según ella, estos niveles elevados de positividad también pueden hacer que ignoremos las amenazas a nuestra salud y bienestar, e incluso nos volvemos complacientes cuando se trata de desafíos y cambios.

Como cardiólogo con raíces orientales, también soy consciente de que la medicina tradicional china (MTC) apoya la idea de que existe una relación directa entre las emociones y la salud física. El concepto de qi, o energía vital, dicta que las emociones están estrechamente integradas con los órganos. El corazón es la fuente de todas las emociones y contiene el espíritu esencial, por lo que si las emociones están desequilibradas, el corazón físico también debe estarlo.

Muchos practicantes de TCM creen que la actividad emocional normal no causa ninguna enfermedad o debilidad, pero cuando las emociones causan estimulación mental excesiva o se vuelven demasiado poderosas, perturban el qi. Esto causa lesiones graves a los órganos internos y deja al cuerpo susceptible a la enfermedad. Al igual que las emociones negativas pueden causar estragos en los niveles de estrés y la salud del corazón, un exceso emocional de alegría también puede "dispersar el espíritu".

Dicho esto, tanto las emociones negativas como positivas tienen un propósito. Las emociones negativas nos permiten adaptarnos a nuevas situaciones, enfrentar desafíos y reconocer las amenazas, mientras que las emociones positivas nos inspiran y sanan el cuerpo. ¿Cómo podemos encontrar el equilibrio entre demasiada o muy poca emoción?

El primer paso es conocer tus emociones. Una vez que reconoces cómo te están afectando tus emociones, puedes equilibrar lo bueno con lo malo para encontrar un equilibrio. Esto no significa suprimir los sentimientos negativos y reemplazarlos por emociones positivas. Más bien, significa aceptar lo que estás sintiendo en ese momento y acercarte a tus emociones desde un lugar tranquilo y pacífico para encontrar un equilibrio que funcione para ti.

Cuando se trata de asuntos del corazón, las emociones son la clave. Ambas emociones negativas y positivas son importantes para una perspectiva fundamentada que sea emocionalmente sana y equilibrada. En lugar de simplemente buscar la felicidad, debemos buscar aprender a crear armonía entre las emociones, el alma, el espíritu y el cuerpo. Si estamos conectados con nuestro yo emocional interno, podremos manejar cualquier circunstancia que se nos presente de una manera que no destruya o afecte gravemente nuestra salud y nuestro corazón.

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