Pensar no facilita la tentación, pero Dios podría

Compré los mini Butterfingers para Halloween porque no me gustan. Mi razonamiento era el siguiente: si compraba dulces que no me gustaban, durarían hasta las vacaciones.

Entonces, descubrí que los mini Butterfingers no son tan malos. De hecho, incluso desarrollé una lógica de Butterfinger para acompañar mi consumo. Mi plan para evitar llenar las golosinas azucaradas no ayudó en absoluto cuando se redujo a la tentación del chocolate en el armario.

En un nuevo estudio publicado en Psychological Science, los investigadores Loran Nordgren y Eileen Chou observaron cómo respondemos a la tentación. Descubrieron que pensar sobre cómo resistir la tentación no nos ayuda demasiado. Las personas, cuando se encontraban en un estado "excitado", "caliente" o apasionado, tenían razones para caer en la tentación, mientras que los participantes del estudio que eran inducidos a un estado "frío" o menos apasionado estaban más dispuestos y podían esperar.

Deseo, resulta que "corrompe los procesos cognitivos que podrían ayudarlo a interrumpir ese comportamiento", dice Nordgren.

Sin embargo, una forma de frustrar la tentación es recordarle a Dios, según Kristin Laurin, PhD, autora principal de otro estudio de la Universidad de Waterloo en Canadá.

En uno de los seis experimentos sobre cómo la idea de Dios influye en el comportamiento, los participantes comieron menos galletas después de leer un breve pasaje acerca de Dios que aquellos que leen un pasaje no relacionado.

Pero a los que se les pidió que pensaran en un poder superior no les fue tan bien en las tareas relacionadas con el rendimiento. Parece que los pensamientos acerca de Dios pueden mantenerte alejado de problemas, pero reprime tu motivación en objetivos individuales.

Los investigadores dicen que los efectos fueron verdaderos independientemente de los niveles de devoción entre los participantes e incluso entre aquellos que dijeron que no eran religiosos.

Entonces, ¿qué da? ¿Pensar en un poder superior puede ayudar a aliviar la tentación, pero ralentizar su avance? La atención plena puede ser una forma de promover ambas causas.

La práctica de ser abierto, receptivo y consciente del momento presente puede ayudarlo a negar la pasión que viene con los antojos o el deseo. Te permite sentarte en el momento con las emociones que surgen sin necesidad de comer, comprar, beber o hacer nada por el momento. Cuando te haces presente a tus sentimientos sin actuar sobre ellos, la tentación pasará.

El momento también puede arrojar alguna idea o motivación necesaria para mantenerlo en el camino hacia sus objetivos.

Y les diré una cosa, la próxima vez que tenga caramelos en la casa, voy a pensar en Dios, practicaré la atención plena y cerraré con cinta adhesiva el armario. Tal vez todo eso me mantendrá fuera de problemas.