Tu memoria no es lo que crees que es

¿Quién no ha experimentado algo como esto con viejos amigos?

"Fue un gran día en el parque". 'No, era la playa'.

'Llovió.' 'Había sol'.

'Usamos abrigos'. "Nos fuimos sin zapatos".

Es la memoria de nuestro amigo la que está defectuosa, no la nuestra, decimos. Estamos seguros de que tenemos razón porque la imagen es muy clara para nosotros. Es posible que olvidemos mucho sobre lo que sucedió, pero lo que sí recordamos, estamos seguros de que es correcto. Por supuesto, nuestros amigos creen lo mismo sobre sus recuerdos.

Ahora Daniela Schiller, del monte. Sinai School of Medicine y sus antiguos colegas de la Universidad de Nueva York nos dan una nueva visión de la naturaleza de la memoria.

No solo nuestras memorias son defectuosas (cualquiera que haya descubierto viejos diarios lo sabe), pero lo más importante es que Schiller dice que nuestros recuerdos cambian cada vez que son retirados del mercado. Lo que recordamos es solo un facsímil de cosas pasadas.

Schiller dice que los recuerdos son constructos maleables que se reconstruyen con cada recuerdo. Todos reconocemos que nuestros recuerdos son como queso suizo; lo que ahora sabemos es que se parecen más al queso procesado.

Lo que recordamos cambia cada vez que recordamos el evento. La memoria ligeramente modificada ahora está integrada como "real", solo para ser reconstruida con la próxima recuperación.

Una de las implicaciones del trabajo de Schiller es que la memoria no es como un archivo en nuestro cerebro, sino más bien como una historia que se edita cada vez que lo contamos. Para cada recuento hay detalles emocionales adjuntos. Entonces cuando la historia se altera, los sentimientos también se vuelven a formar.

Schiller dice: "Mi conclusión es que la memoria es lo que eres ahora. No en imágenes, no en grabaciones. Tu memoria es lo que eres ahora ". Entonces, si contamos nuestras historias de manera diferente, las emociones que se suscitan también serán diferentes. Una historia alterada es también una vida interior alterada.

En su artículo MIT Technology Review sobre este trabajo, Stephen S. Hall escribe que el trabajo de Schiller "sugiere enfoques radicales no farmacológicos para tratar patologías como el trastorno de estrés postraumático, otros trastornos de ansiedad basados ​​en el miedo e incluso conductas adictivas".

De una manera intrigante, el trabajo altamente técnico de Schiller sobre el funcionamiento biológico del cerebro nos remonta a un tiempo anterior en el que la terapia conversacional tenía influencia y las humanidades para la curación psicológica eran tan valoradas como las ciencias duras. Tendremos que ver hasta dónde nos llevará esta nueva dirección.