Diagnosticando la fibromialgia: vientos de cambio y cambio en el viento

Han pasado 20 años desde que el Colegio Americano de Reumatología (ACR) publicó sus criterios para la clasificación de la fibromialgia. Los criterios requerían dolor en todo el cuerpo y una cierta intensidad de dolor en al menos 11 de 18 puntos sensibles del tejido blando. Durante estos veinte años se desarrollaron una serie de objeciones a estos criterios, y ahora la ACR nos ha dado sus Criterios Diagnósticos Preliminares para la Fibromialgia, publicados a principios de este año en "Arthritis Care & Research".

Es bien sabido que a muchos pacientes con fibromialgia no se les da ese diagnóstico basándose en los puntos sensibles, sino en las quejas de dolor generalizado ante la ausencia de cualquier otra explicación para ese dolor, y en el acompañamiento de quejas de fatiga, sueño y dificultades cognitivas ("fibro niebla"). La fibromialgia se ha convertido en un diagnóstico basado en síntomas, y para el cual una sensación de gravedad requería mucha meditación subjetiva por parte de los proveedores de atención del paciente con fibromialgia.

Por lo tanto, los autores de los nuevos criterios se aseguraron de que los viejos problemas se abordarían con nuevas herramientas de diagnóstico, de modo que pudieran identificarse los criterios de diagnóstico de puntos no sensibles y la gravedad de los síntomas objetivados. Esto se logró mediante la recopilación de un amplio conjunto de variables de pacientes y médicos de más de 500 pacientes y controles, incluido un índice de extensión del dolor (el índice de dolor generalizado (WPI)) y los síntomas característicos de la fibromialgia. Fue a partir de estos datos que se desarrollaron modelos para los criterios de diagnóstico y una escala de gravedad. Luego, otros 315 pacientes y controles fueron evaluados por médicos con un conjunto reducido de variables en un formato de cuestionario médico.

La escala WPI reemplaza los 11 puntos sensibles y los requisitos de dolor generalizados, lo que permite obtener más información sobre los umbrales del dolor y la magnitud del dolor. Un examen físico ya no contribuye a los criterios de diagnóstico. Ahora, el médico debe comprender verdaderamente al paciente, no solo presionar sobre el tejido blando de varias partes del cuerpo. No habrá más conjeturas en cuanto a la gravedad de la fatiga, el sueño no reparado, los problemas cognitivos y la magnitud del dolor.

Ahora, el médico debe prestar atención al paciente.

Estos nuevos criterios parecen no solo desafiar a los cuidadores del paciente con fibromialgia, sino que también pueden ser un desafío para la forma en que pensamos, si no definimos, la fibromialgia. Los síntomas subjetivos se han vuelto casi iguales en importancia a la magnitud del dolor físico (punto sensible). Estos nuevos criterios piden que aquellos que cuidan a las personas con dolor crónico no solo examinen al paciente, sino también cómo el dolor afecta al paciente y al entorno del paciente.

Es casi como si la ACR intentara hacer del espectro terrenal el dolor crónico, permitiendo que el dolor crónico al menos sea tangible y conmovedor, aun cuando permanezca fuera de alcance como algo que puede ser aprovechado y controlado.

Como uno de los autores de los criterios propuestos, el Dr. Wolfe escribió en un editorial acompañante, "en una paráfrasis que recuerda la atribución Santayana de Robert Lowell, 'No hay Dios y María es su Madre', ahora se puede estudiar la fibromialgia y la fibromialgia sin el requisito de creer en su existencia ".