¿Hay algo valioso que falta en tu vida?

Restaurar la comunidad un micromomento a la vez.

Pierre-Auguste Renoir, Confidences, public domain from Wikimedia commons.

Fuente: Pierre-Auguste Renoir, Confidencias, dominio público de Wikimedia commons.

Vivimos en un mundo confuso, desafiante y estresante. Muchas personas pasan su tiempo frenéticamente multitarea, corriendo, intentando mantenerse al día. Aunque estamos conectados 24 horas al día, 7 días a la semana en Internet, estamos cada vez más desconectados de nosotros mismos y de los demás. Más de 40 millones de estadounidenses tienen trastornos de ansiedad, 16 millones sufren de depresión y la tasa anual de suicidios ha aumentado en un 24 por ciento (ADAA, NIMH, Twenge, 2000).

Para florecer como individuos y como nación, necesitamos gente de la comunidad con la que podamos contar, personas en las que podamos confiar. Una comunidad de confianza es esencial para nuestra salud mental y física (Umberson & Montez, 2010; ver también Dreher, 1996).

Décadas atrás, más estadounidenses conocían a sus vecinos. Con menos movilidad, teníamos personas que conocíamos cerca para intercambiar saludos, compartir cosechas de nuestros jardines, hacer favores mutuos y ofrecer apoyo mutuo. Conocíamos por nombre a los cajeros de los bancos locales, a los boticarios y a los dueños de las librerías. Pero ahora muchos cajeros de bancos, farmacéuticos y dueños de librerías han sido reemplazados por la automatización e Internet, lo que socava nuestro sentido de comunidad. Ahora, muchos de nosotros pasamos más tiempo en línea que conectando con personas. Veo gente caminando por la calle, incluso cruzando la calle, mirando sus teléfonos, y las parejas que salen a cenar se desconectan personalmente, cada uno mirando el teléfono. Nuestro sentido de comunidad se está erosionando, y con ello, nuestro sentido de confianza.

Sin embargo, podemos ayudar a recuperarlo, y no se necesita mucho. La psicóloga Barbara Fredrickson descubrió que los “micromomentos” de conectividad con otra persona pueden mejorar drásticamente nuestra salud, elevar nuestro estado de ánimo, aliviar el estrés y reducir la inflamación, fomentando el bienestar físico y emocional (Fredrickson, 2013). Estos micromomentos de conexión se pueden compartir no solo con amigos cercanos y familiares, sino también con el empleado de la tienda de comestibles o cualquier otra persona con la que se encuentre en la vida cotidiana. Una simple sonrisa, contacto visual, presencia, tal vez una palabra amable, eso es todo lo que se necesita.

Podemos hacer una diferencia. Podemos comenzar a curar el estrés y la ansiedad en nuestro mundo mediante la práctica de estos micromomentos, llegando a conectarnos con las personas que nos rodean. Podemos comenzar a cultivar una comunidad de confianza con pequeñas acciones diarias ya que cultivaríamos un jardín.

¿Que pasa contigo? ¿Por qué no intentar crear hoy tres micromomentos de conectividad con las personas que conoces? Amigos y familiares, vecinos, compañeros de trabajo o el empleado de la tienda de comestibles. Luego observe cómo se siente y qué diferencia hace en su vida.

Referencias

Asociación de Trastornos de Ansiedad de América (ADAA).

Dreher, D. (1996). El Tao del Liderazgo Personal. Nueva York, Nueva York: HarperCollins.

Fredrickson, B. (2013). Amor 2.0: Cómo nuestra emoción suprema afecta todo lo que sentimos, pensamos, hacemos y convertimos. Nueva York, NY: Hudson Street Press. Mira su video corto.

Twenge, JM (2000). La edad de la ansiedad? Cambio de cohorte de nacimiento en ansiedad y neuroticismo, 1952-1993. Revista de Personalidad y Psicología Social, 79, 1007-1021.

Instituto Nacional de Salud Mental, http://www.nimh.nih.gov/health/statistics/prevalence/any-anxiety-disorder-among-adults.shtml y https://www.nimh.nih.gov/health/ statistics / index.shtml

Umberson, D., Montez, JK (2010). Relaciones sociales y salud: un punto álgido para la política de salud. Revista de Salud y Comportamiento Social, 51 (1). S54 – S66.