Mejores formas de comunicarse con su pareja

Cuando gritamos y gritamos, nuestros compañeros no pueden escuchar nuestras palabras.

Aquí hay algunos pensamientos más para tener en cuenta para las parejas que tienen dificultades para comunicarse. En primer lugar, los fundamentos de cualquier relación, confianza y compromiso, están en el corazón de la comunicación efectiva. Con confianza, nos permitimos ser vulnerables y podemos expresar nuestros verdaderos pensamientos y sentimientos. Con el compromiso, abordamos los conflictos teniendo en cuenta los intereses del matrimonio en lugar de nuestras necesidades personales, por lo que tendemos a ser más complacientes y mejores para escuchar.

Este es un punto importante, porque solo si hay confianza y compromiso puede haber honestidad y respeto mutuo, y estos son esenciales para una comunicación efectiva. Es más probable que los socios escuchen y que hagan comentarios hirientes o insultantes. Cuando faltan la igualdad y el respeto, somos más propensos a considerar nuestra propia perspectiva como algo más importante y no prestamos mucha atención a los sentimientos y opiniones de nuestros socios.

Expresar abiertamente nuestros pensamientos y sentimientos es esencial, pero solo si lo hacemos adecuadamente. Cuando estamos molestos, podemos creer que gritar y usar lenguaje negativo es una expresión honesta de lo que pensamos y sentimos, y tenemos el derecho de comportarnos de esa manera. Pero en realidad estamos expresando hostilidad en lugar de honestidad.

Digamos que nuestro socio hace una broma a nuestra costa. En el momento adecuado, les gritamos: “¡Odio cuando dices cosas así!”. Esa es ciertamente una reacción honesta, pero en realidad no llega al corazón de lo que nos está molestando. Podemos sentirnos realmente heridos o inseguros por lo que se dijo, pero en lugar de admitir que nos sentimos heridos o inseguros, atacamos con enojo. La discusión verdaderamente honesta se centraría en sentirse herido o inseguro. Cuando adoptamos ese enfoque, nuestro socio tiene una mejor oportunidad de entender de dónde venimos y puede sentirse mal por ser hiriente.

Es importante elegir el momento adecuado para la confrontación. Si bien es posible que queramos enfrentarnos a un problema tan pronto como surja, hay una mejor posibilidad de comunicarnos de manera efectiva si esperamos que nuestras emociones desaparezcan. Cuando estamos enojados, es más difícil asimilar toda la información que se nos presenta y procesarla con precisión. Por lo tanto, es posible que no escuchemos o que malinterpretemos puntos importantes que nuestro socio está tratando de comunicar. Además, cuando estamos muy molestos, podemos tener problemas para expresarnos con precisión o podemos decir cosas que solo intensifican el argumento.

A veces, para suavizar el golpe, las parejas intentarán presentar un problema indirectamente haciendo chistes o comentarios sin previo aviso. Sin embargo, cuando los problemas de la capa de azúcar o trata de presentarlos con demasiada delicadeza, es posible que su pareja no los tome en serio o no les preste atención alguna. Por lo tanto, si bien las observaciones hechas de pasada pueden permitirle evitar una confrontación difícil, es posible que no logren que su pareja reconozca que un problema es real e importante para usted. Las discusiones francas y honestas, por otro lado, transmiten la seriedad del problema y llamarán la atención de su pareja.

Desafortunadamente, un enfoque honesto y directo no significa que las confrontaciones siempre serán tranquilas, o que su pareja estará abierta o feliz de escuchar lo que tiene que decir. Para cuestiones delicadas, es mejor estar preparado para una reacción violenta. Su pareja puede sentirse atacada o inadecuada porque no está cumpliendo con sus expectativas o no satisface sus necesidades. Si tu compañero reacciona a la defensiva y vuelve negativa la conversación, el truco es no subir al anzuelo. Mantener la calma, el apoyo y la empatía pueden limitar la intensidad de sus reacciones.

En este sentido, a veces es el mensaje en sí, y no su estilo, el que puede causar problemas. Puede comportarse perfectamente y, sin embargo, su mensaje aún se recibe con enojo o resentimiento. Su pareja puede considerar el problema como particularmente molesto, o puede considerar que su solicitud está por encima de lo razonable. En estas circunstancias, podría ser útil utilizar una estrategia de quid pro quo. Si tiene una solicitud de su socio, esté preparado para hacer concesiones. Los intercambios pueden ser una buena manera de moderar los conflictos para que no se salgan de control. Su pareja puede justificar la entrega porque él o ella está recibiendo algo a cambio.

Una conversación franca no significa usar la honestidad como un arma. Los problemas de comunicación pueden surgir cuando presentamos un problema de una manera que es dolorosa, vergonzosa o humillante. La honestidad brutal es esencialmente golpear a tu pareja, y eso es destructivo. Ser sensible a los sentimientos de su pareja le da a entender, pero con menos riesgo de contraataque. Si tienes en cuenta que las palabras que elijas y la actitud que transmites afectan los sentimientos de tu pareja hacia ti, eso podría motivarte para que seas honesto, pero también reflexivo y considerado.

Es una buena idea prestar atención a las reacciones de su cónyuge al presentar su lado de la historia. Observe su lenguaje corporal y escuche sus palabras para poder evaluar su reacción emocional y determinar si su mensaje se entiende y no se toma como un ataque personal. A partir de sus comentarios, podemos hacer ajustes en tiempo real a lo que decimos y cómo lo decimos. Si, por ejemplo, parecen incómodos o se están enojando, podemos atenuar nuestra propia expresividad emocional o elegir palabras más suaves. El punto es mantener a su compañero involucrado y enfocado en el tema para que la conversación pueda avanzar hacia su conclusión lógica.

El perdón es crítico para resolver conflictos. Si su cónyuge admite un delito y se disculpa, acepte la disculpa, y si no, ofrezca perdonar de todos modos. Si planea permanecer en la relación, no hay ningún beneficio en mantener la ira después de que se resuelva un conflicto. Por supuesto, si el mismo problema sigue apareciendo, una disculpa no tiene sentido. Nunca ha resuelto realmente el problema, por lo que podría no ser un problema de estilo de comunicación. Sin embargo, a menos que se repitan las ofensas, harás mucho bien a tu matrimonio al dejar que lo pasado sea pasado.

En una nota final, tenga en cuenta que las disputas conyugales no tienen que ver con ganar un concurso de testamentos. Se trata de mantener y mejorar una relación. Cuando hay un ganador, también hay un perdedor, y un perdedor nunca disfruta mucho de la experiencia. La comunicación verdaderamente efectiva no solo conduce a la resolución y evita la escalada, sino que, al final, cada socio siente que su punto de vista fue escuchado y entendido, se sienten bien el uno con el otro y la relación se mueve en una dirección positiva. En última instancia, ese es el resultado que está buscando de sus desacuerdos.

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