10 maneras de dominar el arte de hacer que el amor dure

Vamos a crear más relaciones ejemplares.

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Fuente: Bogoljubb / Shutterstock

1. Presta atención.

Más matrimonios mueren por negligencia que por diferencias irreconciliables. Las relaciones requieren mantenimiento continuo para prosperar. Si el tuyo no está prosperando, se está muriendo; no hay término medio. Muchas personas cuidan mejor sus automóviles y camiones que sus relaciones. Y aunque la mayoría de nosotros no pensaríamos en conducir 50,000 millas sin cambiar el aceite en nuestro vehículo, pasamos meses sin decir “Te amo”, ir a una escapada romántica, o simplemente tomar unas horas para estar solos juntos sin ningún distracciones competitivas. Las relaciones prosperan cuando se les presta la atención adecuada, pero se marchitan como una flor moribunda cuando se descuidan.

2. Aborde los problemas cuando surjan; no esperes hasta más tarde.

Esperar hasta que tenga ganas de enfrentar los problemas no es una buena idea. Por lo general, los problemas no son más fáciles de manejar con el tiempo; se ponen más duros. Si bien las interrupciones y decepciones son inevitables en todas las relaciones, no necesariamente conducen a problemas. Reconocer y abordar las dificultades desde el principio, en lugar de esperar a que las cosas se pongan feas, puede marcar una gran diferencia. Dolor negado es dolor prolongado.

3. Cuídate a ti mismo.

El mejor regalo que le puedes dar a un compañero es tu propio bienestar. Mientras más saludable, feliz y satisfecho seas, más tienes que ofrecer. Cuidarse implica más de lo que come y cuánto hace ejercicio; también incluye la responsabilidad de saber qué nutre tu alma y tu espíritu, y velar por que traigas esas experiencias a tu vida. Incluso los patrones de auto sacrificio y resentimiento de larga data pueden disolverse cuando honramos el compromiso con nuestro propio cuidado personal.

4. Aprende a apreciar las diferencias.

En las relaciones, las diferencias son inevitables; el conflicto es opcional Cuando los opuestos se atraen, es porque cada uno tiene algo que ofrecer que el otro no tiene. Buscamos a otros no a pesar de nuestras diferencias, sino por ellos. Sin embargo, las diferencias pueden convertirse en conflicto cuando tratamos de obligar a otros a estar de acuerdo con nosotros en lugar de apreciar el valor de los dones únicos y las perspectivas que cada uno aporta. Esto a menudo es más fácil decirlo que hacerlo, pero es un poderoso antídoto contra el conflicto. “Vive la diferencia!”

5. Tómate un tiempo para hacer el amor.

Una de las primeras expectativas de un matrimonio angustiado puede ser la disminución de la frecuencia de la actividad sexual. Por alguna razón, las parejas que una vez prosperaron en el amor apasionado a menudo están dispuestas a tolerar un desierto de intimidad física. El gran sexo es más que una experiencia de placer sensual. Es un medio a través del cual nos deleitamos en los cuerpos de los demás, expresamos nuestros deseos, mostramos nuestro amor y compartimos la alegría de perdernos en la dicha. Si la llama de la sexualidad se descuida durante demasiado tiempo, la chispa puede apagarse. No esperes hasta que las brasas estén frías; habla sobre lo que quieres y lo que falta, y sigue jugando.

6. No tomes tu relación por sentado.

No existe el matrimonio a prueba de divorcio. Si piensas que tu relación es tan perfecta que el divorcio no es siquiera una posibilidad, piénsalo de nuevo: esta creencia puede conducir a una especie de complacencia. Si bien esto no siempre puede conducir al divorcio, puede conducir a algo igualmente peligroso: una relación estancada o estancada. Permanecer juntos no es el objetivo de un gran matrimonio; prosperar es Prosperar significa nunca darse por sentados y ampliar continuamente nuestra capacidad de alegría, amor y crecimiento. Es un proceso de por vida, y cuanto más lo haces, más fácil se vuelve.

7. No dejes que las decepciones se conviertan en resentimientos.

En un esfuerzo por evitar el conflicto, muchos de nosotros tratamos de “superar” los sentimientos de enojo o desilusión. No hay problema con hacer esto cuando podemos dejar estos sentimientos de manera genuina y completa. Cuando no podemos, es probable que se conviertan en resentimiento y se conviertan en una presencia tóxica en nuestra relación. Decir la verdad sobre los sentimientos difíciles de una manera respetuosa y sin culpas a menudo puede generar una mayor cercanía y comprensión. Rellenar esos sentimientos a menudo tiene el efecto opuesto.

8. No esperes demasiado para obtener ayuda.

La pareja promedio ya ha tenido problemas durante seis años cuando comienzan el asesoramiento matrimonial. Para entonces, es probable que las dificultades manejables se hayan desintegrado en patrones arraigados. Por supuesto, haga todo lo que pueda para manejar los desafíos por su cuenta, pero esté dispuesto a reconocer cuándo sus mejores esfuerzos no están haciendo el truco. Cuando llegue a obstáculos que no puede superar por su cuenta, busque ayuda profesional antes de que los problemas se vuelvan intrincados e intratables.

9. Recuerda jugar.

Cuando el trabajo y el juego se desequilibran en un matrimonio, es necesario hacer una corrección. Esos momentos en los que pensamos que no tenemos un momento para relajarnos y jugar juntos son exactamente cuando más lo necesitamos. No requiere largas vacaciones tropicales para revitalizar una relación. A veces, un breve descanso de una vida de responsabilidades continuas puede ser suficiente para recordarnos por qué queríamos estar juntos en primer lugar. Incluso si solo se trata de tomarse unos minutos de tiempo de inactividad entre el momento en que los niños se van a dormir y usted, disfrutar de la compañía de los demás es una de las mejores formas de seguro de relación que existe.

10. Aprende a perdonar

Nada erosiona la base de una relación más rápido que el mantenimiento de rencor. Es un veneno que, con el tiempo, es altamente destructivo. Aunque los sentimientos de desilusión, dolor o irritación son inevitables en todas las relaciones cercanas, pueden disolverse cuando existe la voluntad de perdonar y liberarse del resentimiento. El perdón no es un evento de una sola vez; es un proceso que ocurre de manera gradual e incremental a lo largo del tiempo. No siempre es fácil, y a veces ni siquiera parece posible, pero con la intención de sanar, se pueden tomar medidas en la dirección correcta incluso en las circunstancias más difíciles. No esperes demasiado para aprender a perdonar; hazlo ahora.