Autoestima

La "autoestima" es uno de los temas más discutidos entre los padres y los desarrollistas de bebés y niños. Psicológicamente, la autoestima puede volverse bastante complicada, pero mantengamos lo básico y veamos si podemos arrojar algo de luz sobre ella.

La autoestima se puede definir como una confianza y satisfacción en uno mismo. ¿Cómo se puede lograr esto? ¿Cómo se relaciona el propio sentido interno de autoestima con la evaluación externa de quienes nos rodean?

En general, por supuesto, la verdadera clave para la autoestima es amar y alentar a su hijo, la vida misma le proporcionará suficientes problemas, amando y valorando al niño por sí mismo, quién es. Esto a menudo es más fácil decirlo que hacerlo, especialmente si los padres no han sido amados y valorados. Prestar atención a su hijo, escucharla, interesarse por ella y cómo se siente y qué piensa, todo esto ayuda a solidificar la autocohesión interna del niño y le da la sensación de que es valiosa, es decir, la autoestima.

¿Qué más se puede hacer para ayudar a mejorar la autoestima?

En primer lugar, es crucial entender los sentimientos: cómo funcionan y se manejan o manejan mal. Los sentimientos causan comportamientos. Podemos entender el comportamiento al comprender los sentimientos que motivan los comportamientos. Los seres humanos tienen aproximadamente nueve sentimientos universales incorporados: interés, disfrute, sorpresa, angustia, ira, miedo, vergüenza, disgusto (reacción a los sabores nocivos), y se disuelven (reacción a los olores nocivos). Discutiremos esto con más detalle en otra ocasión.

En segundo lugar, use sistemas de recompensa y alabanza en lugar de castigo siempre que sea posible: concéntrese en los aspectos positivos en lugar de en los defectos. En medio del complejo período de la adolescencia, por ejemplo, los padres hacen bien en considerar tres o cuatro alabanzas por cada crítica.

En tercer lugar, transmitir un sentido de la realidad y fomentar la competencia genuina. El falso elogio no es útil para el procesamiento de la realidad del niño y la autoestima al tratar con el mundo externo.

Finalmente, trate de no usar el miedo y la vergüenza como motivadores. El miedo y la vergüenza son sentimientos bastante tóxicos y erosionan la autoestima.

El desarrollo de nuestro mundo psicológico interno es bastante complejo. Sin embargo, ayudar a un niño a lograr un sentido sólido de sí mismo, optimismo y confianza no es tan difícil. Una cierta atención a las cuestiones planteadas anteriormente puede ser bastante útil para mejorar el potencial y prevenir problemas.