Quiero que te imagines que has estado trabajando en una serie de proyectos, y todos han ido muy bien. Eres muy creativo, trabajador y ambicioso, y estás en una buena racha.
Entonces, tu próxima tarea viene. Es un gran desafío como los anteriores. Tienes un plazo ajustado, un presupuesto limitado y mucha presión para que sea un gran éxito. Entonces, algo malo sucede. Se le ocurrió una idea creativa, pero sabía que no tenía la información necesaria para evaluarla. Seguiste adelante con la idea de todos modos … y estaba completamente equivocada.
¿Entonces qué pasó? Bueno, es posible que haya sido culpable de un sesgo cognitivo llamado exceso de confianza.
El exceso de confianza es la fe injustificada en el razonamiento intuitivo de uno. Creemos que somos mucho mejores en la toma de decisiones de lo que realmente somos. La investigación ha demostrado que sobreestimamos nuestras capacidades predictivas y sobreestimamos la precisión de la información que tenemos sobre una situación. Estamos mal calibrados para estimar las probabilidades: tendemos a creer que es mucho más probable que ocurra algo de lo que realmente es. Eso es exceso de confianza.
El exceso de confianza ocurre por diferentes razones. Una es que simplificamos demasiado las cosas. Las situaciones que enfrenta en el trabajo suelen ser mucho más complejas de lo que cree. Si se dio cuenta, es menos probable que tenga tanta confianza en una decisión. Otra razón es que no tenemos en cuenta el papel que juega el azar en nuestras decisiones. Cada decisión implica cierto grado de variabilidad. Suponemos falsamente que la suerte siempre estará de nuestra parte, especialmente después de una serie de éxitos. Tomamos riesgos excesivos, y tiramos los dados una vez más.
Otra gran fuente de exceso de confianza es la experiencia. Si somos expertos en un campo en particular, ese sentido de la experiencia se filtra a otras áreas de nuestras vidas. En resumen, creemos que somos más inteligentes y tenemos mejor información de la que realmente tenemos.
El exceso de confianza es un problema real. Cuando estás seguro de que lo haces bien, no tratas de mejorar tu comprensión de una situación. No verifica sus datos u obtiene más información. Puede que no te prepares adecuadamente para una situación, y eso podría llevarte a una situación difícil para la que no estás preparado.
Por ejemplo, una persona puede pensar que su sentido de la orientación es mucho mejor de lo que realmente es. Realiza un largo viaje sin un mapa y se niega a pedir indicaciones si se pierde en el camino. Él está sufriendo del sesgo de exceso de confianza.
Puede afectarte en el trabajo. Puede pensar que es invaluable para su empresa cuando, de hecho, casi cualquier persona puede hacer su trabajo. Eso podría afectar su comportamiento laboral y su actitud hacia los compañeros de trabajo. El exceso de confianza puede hacer que se corte la vida o que piense que es intocable y que no se rige por reglas y regulaciones. Eso podría conducir a un problema real.
Para evitar el sesgo de exceso de confianza, tenga en cuenta estos cinco indicadores:
La creatividad es un talento, pero puedes mejorar tu juicio al tener un sentido más realista de tus habilidades creativas.